Friday, December 01, 2006

Relato del viaje a Colombia




México en el Festival Internacional del Arte en Palmira, Colombia.


Karla Inés Yescas es egresada de la Licenciatura en Artes de la Universidad de Sonora con especialidad en pintura, fundó la Sociedad de Grabadores de Sonora a principios del 2005 con el fin de promover el grabado. Actualmente trabaja en el proyecto “Arte por la Paz” a beneficio de niños afectados por la violencia y en el mes de noviembre representó a nuestro país en el área de pintura, dentro del marco del Festival Internacional del Arte en Palmira, Colombia.



Creando Lazos…



La intención de crear lazos culturales en Latinoamérica me ha llevado a conocer un país encantador que es Colombia; al cual fui invitada en el mes de abril de este año, para representar a México en el área de Artes Plásticas dentro del XII Festival Internacional del Arte “Ricardo Nieto” que se lleva a cabo en Palmira, Colombia. Y este es mi recorrido por Colombia.

Durante las cuatro décadas pasadas el turismo en Colombia fue mermado hasta extinguirse gracias a la problemática socio-política de la entidad. Como consecuencia la población colombiana vivió englobada y apartada del resto del mundo produciendo y cultivando su propia cultura, exportando café, telenovelas y literatura de primera categoría.

Recuerdo que antes de ir me preguntaban que a qué iba a ese país tan peligroso… Aún así me fui a correr el riesgo y a formar por mi cuenta una opinión… con temor y todo llegué a Bogotá a las 8:30 de la mañana y me pareció al asomarme por la ventanilla del avión, que estaba en otro mundo… al principio solo se veían nubes espesas, pero al irse abriendo se descubría un paisaje verde bosque e iba apareciendo una ciudad color ladrillo, una calidez que contrastaba con el frío que hacía entre una suave llovizna y un sol apenas presente.
Bogotá, una de las ciudades más antiguas del continente americano, después de la colonización española, apenas refleja esa antigüedad, entre los edificios modernos y sus avenidas de alta velocidad, junto con su sistema de transporte masivo y la impecable presentación de sus calles, parques y mercados.

Conocer la plaza Bolívar, La Casa de Nariño, Catedral, El Museo del Oro, el MAMBO (Museo de Arte Moderno de Bogotá) y Monserrate, la capilla que está sobre el cerro tutelar a “tan solo” 3210 msnm, desde donde se puede ver toda la ciudad y hasta se divisan las puntas nevadas de los andes que están a 300km hacia el occidente, son sitios imprescindibles de visitar…y todos están dentro del mismo perímetro, incluyendo La Candelaria que es la parte antigua de la ciudad.

Estaba impresionada por tanta maravilla pero mi travesía no terminaba ahí sino en el Valle del Cauca. Entonces tomé el siguiente vuelo a Santiago de Cali, otra de las ciudades más grandes del país. Fueron solo treinta minutos de vuelo por Aerorepública y se sabía que era el valle por la extensa alfombra de recuadros de todos los verdes que se divisaba desde el avión.




Ya con mi equipaje en mano me encontré con Catalina Guiffo, mi amiga de Colombia, quien me llevó a comer la famosa Bandeja Paisa, la comida más representativa de su tierra (arroz blanco, fríjoles, chicharrón, huevo estrellado, chorizo, carne molida, plátano macho frito y medio aguacate, ah! y arepa), acompañada de un jugo natural de Maracuyá y después el postre de dulce de mora con panela y un tinto (café negro), qué comida tan deliciosa!! Luego me llevó a conocer la ciudad de Palmira que queda a tan solo diez minutos del Aeropuerto de Cali, nos reportamos a las instancias de cultura y me asignaron el hospedaje y las comidas. Ahí mismo conocí a otros invitados del área de música, de Buenos Aires, Cali y Bogotá, a quienes hoy considero mis amigos. Desde ese momento comenzamos a organizar el montaje de mis pinturas por parte de la Casa de la Cultura Ricardo Nieto y de la Alcaldía de Palmira.

Anteriormente también había organizado una exposición en la Universidad Nacional de Colombia en Palmira que se llevaría a cabo en esos días, para presentar una muestra de Grabadores de Sonora, la cual nos acogió desde el primer momento
y en poco tiempo los grabados fueron montados para exponerse en la Biblioteca Central.

Es un orgullo poder representar a mi país, México, en un Festival Internacional del Arte, fortaleciendo y creando lazos entre nuestras culturas latinas, como lo fue en esta ocasión aportando con visitas guiadas, taller de artes plásticas y muestras de pintura y grabado, que tantas cosas tienen en común y por lo tanto mucho que compartir.

La calidez, la hospitalidad y la propiedad con la que se manejan las personas que me tocó conocer me dejaron una impresión muy agradable y difícil de olvidar. No es fácil sentirse lejos de casa estando en Colombia, ésta ha sido una de las más gratificantes experiencias que he vivido, por eso es que ahora llevo tatuada la memoria de amarillo, azul y rojo.


Karla Inés Yescas Flores
Lic. En Artes

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